Emancípate, hermana

Hola. Te quería decir que te admiro.
Yo admiro a las mujeres feministas y luchadoras como vos.
Hay demasiado macho suelto. Cómo cosifican a las mujeres.
Pero yo soy aliado.
¿Ya te dije que soy aliado?
Porque soy aliado, ¿eh?
Soy aliado. Orgulloso de llamarme feminista.

Soy feminista aunque me molesten los demás hombres.
Me miran mal porque las acompaño en la lucha.
Es que esos hombres solo ven sus cuerpas como objetos sexuales.
Pero yo respeto tu cuerpa.
Qué bonita cuerpa.
¿Puedo tocarte la cuerpa?

No lo digo en plan acosador.
Pero como sé que vivís tu sexualidad libremente…
La podés vivir conmigo.
#sexpositive

Y, bueno, sí, estoy casado.
Pero el matrimonio es una institución súper patriarcal, ¿no?
¿Ya viste el documental de Netflix sobre la monogamia?
Ahí te lo explican bien. Te lo recomiendo.
¿Tenés Netflix? Lo podemos ver juntos en el desayuno.

Tengo una relación abierta.
No sé si mi esposa también.
Digo, lo estamos hablando.
Estamos teniendo una conversación.
Abierta.
La conversación está abierta, no la relación.
Técnicamente somos “monógamos”, pero la monogamia es un constructo.
Deconstruyámonos. En tu cuarto o en el mío.

Igual no quería que cogiéramos.
Ni condones tenemos. Y yo sin condones no.
A menos que vos querás. ¿Querés?
Bueno, igual yo no quería que cogiéramos.
A menos que vos querás.

Bueno, ya. Si no querés, no.
No es no.
Los hombres tenemos que saber respetar el no.
Yo entiendo y respeto los no.
No significa no.
…Así que decime ya que sí, pues.

Pero, ¿por qué no querés? ¿Te da culpa?
La culpa es un invento machista para coaccionar a las mujeres.
Emancípate, hermana.

Charlie

Termina abril y tengo que empezar a dejarte descansar, Charlie, a dejar de mencionarte en mis pláticas con desconocidos. Tengo que aprender a no llorar cuando recuerdo que te mataron.

Te conocí en las gradas del periódico. Me habían dado una beca y la noticia salió en la edición del siguiente día. Nico escribió la nota y vos me paraste para decirme que aunque no me conocías, ni éramos amigas, querías felicitarme.  Era diciembre del 2016, tenía solo unos meses de trabajar en la oficina y empezamos a hablar. Unos meses más tarde ya estábamos comiendo todos los días juntas. Hablando de Julissa Ventura, de tu hermano, de lo que cuesta perder a gente que se quiere, de cómo nunca parece que uno está listo para dar otros pasos, de cómo cuidabas a tu bebé, de cómo querías a tu pareja.

Hace 16 días que te mataron. Y hace 17 días celebramos mi cumpleaños. Vos planificaste la salida. Nos pediste que esperaramos a la Ale, que la pobre seguía trabajando porque habían matado a otros periodistas en Suramérica. La Ale se tardo mucho. Comimos en un lugar vegetariano. Le tomaste fotos a la comida. Probaste las berenjenas por primera vez. Le enviaste la foto a tu pareja porque estabas emocionada de probar ese plato. Después fuimos a tomar licuados. Erick quería enseñarte lo que este lado de la ciudad tiene. Pedimos unos jugos dentro de una bolsa y a vos se te ocurrió brindar con ellos. Nos reímos más porque se te olvidó brindar con Moisés. Él, fingiendo estar enojado, te dijo que si querías te regresaras en bus al trabajo mientras te abría la puerta del carro.   

Todo el camino fue risotadas. Nos reímos con vos porque no dejabas de tomarle fotos a todo y dijiste que sí, ve chis, que estabas teniendo nuevas experiencias de vida. Al volver me regañaste porque no compré galletas para comer durante la tarde.  

Hace 17 días nos vimos en la noche. Yo estaba cubriendo un tema de un grupo artístico. Y vos fuiste a ver el espectáculo. Charlie, levantá la mano, te dije. Y estabas como loca levantando las manos en el teatro de mil butacas. Llegué, estuve con vos y nos reímos y cantamos todo el espectáculo. Al final la vida termina así. En medio de algo. No nos despedimos porque tuviste que volver a trabajar y yo quería cenar.

Hace 15 días empezó lo que al inicio creímos que era una pesadilla. Son 15 días de no poder leer las noticias. De no poder entrar a redes sociales porque un nuevo detalle aparece.  De recordar una y otra vez nuestras pláticas, el último viernes, la última comida, la última salida. De tratar de que todo vuelva a tener sentido. Se cumplen 15 días desde que me desperté a las 7 am porque “te habían secuestrado”. Ahora sabemos que tu compañero está siendo acusado. Y nunca la vida ha sido tan agridulce para mí. Estoy muy feliz y al mismo tiempo soy muy miserable, Charlie.  Porque ya estoy en la beca por la que estabas contenta por mí. Porque te extraño.

Tu asesinato nos ha herido a todos. El día que encontraron tu cuerpo Moisés y yo estábamos de turno. Moisés tuvo que ir a Santa Ana a confirmar con fuentes si era tu cuerpo. Yo en la noche tuve que actualizar la nota de tu homicidio y poner los detalles de tu funeral. Ninguna escuela de periodismo te prepara para escribir el asesinato de tu amiga.

Los días posteriores a tu asesinato no los tengo claros. Sé que estuve en tu funeral. Sé que Erick y yo lloramos. Sé que en tu entierro estuve enojada.  Porque se habló mal de vos, porque hubo gente que no pudo tratarte bien durante tu vida, porque hubo periodistas que te culparon a vos misma de tu propio asesinato. Y sé que en la oficina todos nos empezamos a ver más a los ojos y a ser conscientes de la presencia del otro. Porque ahora nos parece, al fin, que la presencia es un privilegio.

Ahora estoy en otra redacción, tratando de aprenderlo todo, viendo lugares hermosos, pero te pienso a cada rato y eso me recuerda que El Salvador es una herida de nacimiento. En D.C, cuando capturaron a tu esposo, busqué desesperada un par de ojos que hayan visto algo similar a lo que hemos visto.  Y no sabés lo difícil que eso parece ahí donde todo parece sacado de cuento. Pero los países como heridas están en todas partes y encontré a alguien que me dijo que entendía mi dolor porque asesinaron a uno de sus amigos. Así, Charlie, hoy ando buscando gente que comprenda lo difícil que es seguir viendo cuando vos viste lo terrible. Quisiera poder seguir mandando bromas al chat de grupo que teníamos, pero ahora solo quedamos Erick y yo.

Termina abril, Charlie, y tengo que empezar a dejarte ir. A sonreír más. A no sentirme culpable cuando me siento feliz. A perdonarme porque todo mi discurso feminista no fue suficiente.  A construir. A recordarte como fuerza, como luz, como alegría, como risas al mediodía.  A los bichos de la mesa les decía que hay que luchar porque sabemos que vos lo hubieras hecho. Y eso es suficiente.

 

Todo sobre el amor: una manera nueva de pensar el amor

Nuestra segunda recomendación en Conceptos es el libro “Todo sobre el amor” de la crítica cultural feminista bell hooks. Buscando explicar por qué hemos abandonado el amor como sociedad, hooks identifica cómo la desigualdad de género y la dominación de todo tipo imposibilitan su práctica y contribuyen a su devaluación. La autora redefine el concepto de amor y ofrece una guía didáctica para ponerlo en práctica.

Los primeros capítulos pegan como una bofetada. Cuestionás tus relaciones, tus dinámicas familiares. Poco a poco entendés que es para bien: no se trata de abandonar a quienes te rodean, sino de entender qué pasos te hacen falta para llegar a amar de verdad.

Las 10 frases del libro que nos marcaron:

  1. Al entender el amor como la voluntad de nutrir nuestro desarrollo espiritual y el del otro, se vuelve evidente que no podemos sostener que amamos si somos hirientes y abusivos. El amor y el abuso no pueden coexistir.

  2. Inicialmente me rehusaba a aceptar una definición de amor que me obligase a enfrentar la posibilidad de que no fui amada en las relaciones más importantes de mi vida. (…) Una falta de amor sostenido no implica la ausencia de cuidado, afecto o placer. En realidad, mis relaciones románticas de largo plazo, al igual que mis lazos familiares, han estado tan llenas de cuidado y afecto que me habría sido fácil obviar la disfunción emocional continuada.

  3. Si recordáramos constantemente que el amor es lo que el amor hace, no utilizaríamos la palabra de una manera que devalúa y degrada su significado.

  4. Los hombres aprenden a mentir como forma de obtener poder. Las mujeres no solo hacen lo mismo, sino también mienten para fingir vulnerabilidad.

  5. El niño herido dentro de muchos hombres expresó sus primeras verdades y fue silenciado por el sadismo paternal, por un mundo patriarcal que no quiso que reclamase sus emociones reales. La niña herida dentro de muchas mujeres aprendió desde la infancia temprana que tenía que volverse algo más que ella misma, negar sus emociones reales para atraer y complacer a otros.

  6. La idea de los “valores familiares” en nuestra sociedad se enfoca en la familia nuclear. (…) El capitalismo y el patriarcado juntos como estructuras de dominación socavan y destruyen la familia extendida. Remplazar la comunidad familiar por una unidad pequeña, autocrática y más privatizada enajena y permite más abusos de poder.

  7. El amor propio es la base de nuestra práctica del amor. (…) Al darnos amor a nosotros mismos, nos damos la oportunidad de tener el amor incondicional que siempre quisimos recibir de alguien más.

  8. Las mujeres luchan por guiar a los hombres al amor porque el pensamiento patriarcal les ha impuesto esa tarea – y se las ha dificultado al enseñar a los hombres a rechazar esa guía.

  9. A pesar de la importancia del sexo, no somos más capaces de articular deseos y necesidades sexuales que de comunicar nuestro deseo de amor. Irónicamente, la presencia de enfermedades de transmisión sexual graves se ha convertido en la razón por la cual más parejas se comunican sobre comportamientos eróticos. Las mismas personas que sostenían que “hablar demasiado” arruinaba el romance descubrieron que la comunicación no amenaza el placer en lo absoluto. Solo cambia su naturaleza.

  10. El poder transformador del amor no se acepta en su totalidad porque frecuentemente creemos que el tormento y la angustia son nuestra condición “natural”.

*No encontré un PDF legal online. Eso sí: mi ejemplar está disponible para ser pasado de mano en mano a quien lo quiera leer.

** A todxs lxs que me preguntan: El ejemplar era físico. Lo presté y no ha vuelto a mis manos. Avisaré si vuelve.

Una habitación propia

En badbichas.com partimos de una premisa: La necesidad de las mujeres de contar con un espacio propio para pensar, para crear y para cambiar lo que cree que deba cambiar.

En este espacio de Conceptos, iremos publicando conceptos  sobre autonomía e independencia que nos permitan entender varios textos académicos y literarios que hablan sobre derechos.

Esta vez iniciamos con una sugerencia de texto de la escritora Virginia Woolf publicado hace 88 años.  El texto se llama “Una habitación propia” y plantea la necesidad de las mujeres de contar con su propio espacio físico y simbólico para crear. No es una oda al dinero o al consumo, es la puesta en página de un derecho negado.

Aquí pueden encontrar el texto completo en pdf. Y aquí, las 10 frases que, en nuestra opinión, resumen qué significa contar con una habitación propia:

 

  1. “No se puede pensar bien, amar bien, dormir bien, si no se ha cenado bien”.

  2. “Realmente, pensé, guardando las monedas en mi bolso, es notable el cambio de humor que unos ingresos fijos traen consigo”.

  3. “Pensando en todas estas mujeres que habían trabajado año tras año y encontrado difícil reunir dos mil libras y no habían logrado recaudar, como gran máximo, más que treinta mil, prorrumpimos en ironías sobre la pobreza reprensible de nuestro sexo. ¿Qué habían estado haciendo nuestras madres para no tener bienes que dejarnos?”

  4.  “Ahora bien, si hubiera montado un negocio (…) Quizás en aquel momento hubiéramos estado explorando o escribiendo, vagando por los lugares venerables de la tierra, sentadas en contemplación en los peldaños del Partenón o yendo a una oficina a las diez y volviendo cómodamente a las cuatro y media para escribir un poco de poesía”.

  5.  “Durante todos estos siglos, las mujeres han sido espejos dotados del mágico y delicioso poder de reflejar una silueta del hombre de tamaño doble del natural. (…) Si ellas se ponen a decir la verdad, la imagen del espejo se encoge; la robustez del hombre ante la vida disminuye. ¿Cómo va a emitir juicios, civilizar indígenas, hacer leyes, escribir libros, vestirse de etiqueta y hacer discursos en los banquetes si a la hora del desayuno y de la cena no puede verse a sí mismo por lo menos de tamaño doble de lo que es?”

  6. “La castidad tenía entonces, sigue teniendo hoy día, una importancia religiosa en la vida de una mujer y se ha envuelto de tal modo de nervios e instintos que para liberarla y sacarla a la luz se requiere un coraje muy poco corriente”.

  7. “Era extraño que, hasta Jane Austen, todos los personajes femeninos importantes de la literatura no sólo hubieran sido vistos exclusivamente por el otro sexo, sino desde el punto de vista de su relación con el otro sexo. Y ésta es una parte tan pequeña de la vida de una mujer”.

  8. “La libertad intelectual depende de cosas materiales. La poesía depende de la libertad intelectual. Y las mujeres siempre han sido pobres, no sólo durante doscientos años, sino desde el principio de los tiempos. (…) Las mujeres no han tenido, pues, la menor oportunidad de escribir poesía. Por eso he insistido tanto sobre el dinero y sobre el tener una habitación propia”.

  9. “Cuando os pido que ganéis dinero y tengáis una habitación propia, os pido que viváis en presencia de la realidad, que llevéis una vida, al parecer, estimulante, os sea o no os sea posible comunicarla”.

  10. “Creo que esta poetisa que jamás escribió una palabra y se halla enterrada en esta encrucijada vive todavía. Vive en vosotras y en mí, y en muchas otras mujeres que no están aquí esta noche porque están lavando los platos y poniendo a los niños en la cama”.

 

 

 

 

Manifiesto

Creemos en las mujeres que caminan.

Creemos en las que nacieron mujeres.

Creemos en las que nacieron mujeres o descubrieron que lo son, aunque la sociedad se rehuse a aceptarlo.

Creemos en lxs que no nacieron mujeres ni necesitan definirse.

Creemos en lxs que son quienes quieren ser.

Creemos en las madres que admiten culpa.

Creemos en las que no quieren ser madres y no tienen culpa.

Creemos en las que deciden que ellas mismas se bastan.

Creemos en las que deciden hacer el camino de la mano de alguien.

Creemos en las abuelas que sobreviven tres guerras en una sola vida: La de las cien horas, la civil y la actual.

Creemos en las que deciden ser y amar en un país que les prohíbe ser y amar.

Creemos en el poder de la palabra para señalar, mover y cambiar.

Creemos en el poder de la calle para actuar.

Creemos en las víctimas que denuncian y apoyamos a las que no pueden denunciar.

Creemos en equivocarnos y rectificar.

Creemos en cada vez equivocarse menos.

Creemos que las imágenes, las películas, la poesía, el periodismo y la literatura perpetúan estereotipos de las mujeres que ya no estamos dispuestas a tolerar.

Creemos que el lenguaje construye realidades.

Creemos que lo privado es político.

Creemos en los aliados que no buscan explicarnos por qué hacemos lo que hacemos.

Creemos en los aliados que cuestionan sus propios roles.

Creemos en la sororidad y en respetar las decisiones de otras mujeres.

Creemos que para ser buenas aliadas debemos crecer y aprender constantemente.

Creemos en el baile y declaramos el cuerpo y la alegría como un derecho indiscutible.

Creemos en poder caminar solas hasta que el sol salga. Y que salga de una buena vez.

Por el principio

Esta playlist está dedicada a las que deciden quererse a sí mismas y a quienes eligen un compañero o compañera que sabe que antes del amor compartido existe uno más grande: el propio.

Antipatriarca por Ana Tijoux

No sumisa ni obediente, mujer fuerte insurgente, independiente y valiente, romper las cadenas de lo indiferente

You don’t own me por Lesley Gore

I’m not just one of your many toys

 

Certo por Perotá Chingó

Autotransformación, autogeneración, autosatisfacción

Mi libertad por Monsieur Periné

Mi voz hambrienta no tiene miedo de cantar por siempre mi libertad

Colibría por Nicola Cruz

Ésta es la historia de una niña que nació del volcán

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